Cuando hablo de “El valor de una marca”, me refiero al valor agregado que un producto de una empresa adquiere a lo largo del tiempo. Esto nace de acuerdo a la experiencia que haya tenido el consumidor con el producto.
La percepción que tenga el público depende de la gestión y construcción de la marca. Si quieres que los consumidores o clientes encuentren en tu marca un valor, es importante que le brindes un mensaje eficaz a lo largo de su historia, así como también, ofrecer un servicio y producto de calidad. De manera que satisfaga las necesidades y expectativas de los consumidores.
Si tu marca genera una percepción negativa, esto se debe a una mala gestión comunicacional, lo que trae como consecuencia el desinterés de los consumidores por el producto. Y, obviamente, ese resultado impacta de forma negativa en la economía de la empresa.
Aunque no se trate de un elemento físico, la marca tiene un valor para la empresa, es por ello que entra a formar parte de los activos intangibles, debido a que el resultado de las percepciones de los consumidores se puede contabilizar.
Dentro del valor de marca encontramos un conjunto de elementos indispensables para posicionarla positivamente ante el público, que son: la lealtad, el reconocimiento del nombre, la calidad percibida, las asociaciones de la marca y las patentes.
Para conseguir valor de marca, es indispensable que la empresa cuente con estrategias de comunicación que generen mensajes bien apreciados. De esta manera, la marca logrará satisfacer y conquistar las expectativas y necesidades de los usuarios.